Querida Galaxy Tab S10, No quiero sonar intensa, pero… ¿dónde has estado toda mi vida? Mira, no voy a mentir: antes de ti, tuve una relación con tu versión anterior. Al principio, todo era bonito, me ilusioné, me prometió que era lo mejor que podía tener… pero con el tiempo me di cuenta de sus limitaciones.
No tenía tu procesador Snapdragon 8 Gen 2, así que a veces tardaba en reaccionar, se trababa cuando menos lo esperaba y me hacía enloquecer... Como ese ex que decía “no sé qué quiero” y se bloqueaba cuando le preguntaba cosas simples como “¿cuándo nos vemos?”.
Su pantalla era bonita, sí, pero tú… tú brillas más. Tu Dynamic AMOLED 2X hace que todo se vea más nítido, más vibrante. Es como si me hubieran quitado un filtro gris de la vida. Contigo, cada serie, cada foto y cada meme se ven espectaculares, sin esa sensación de que algo falta.
Y la batería, ¡ay, la batería! La anterior decía que “iba a mejorar” y que “aguantaría más”, pero al final siempre me dejaba tirada en el peor momento. Tú no, tú duras más, no te apagas sin previo aviso y me das estabilidad. Eres el compromiso que merezco.
El S Pen también mejoró contigo. Antes, era bueno, pero a veces se sentía un poco torpe, como si no entendiera lo que quería hacer. Contigo, cada trazo es más fluido, más preciso, como si realmente me escucharas. Nada de “perdón, no entendí lo que dijiste” como aquel ex... además de que contigo no me siento juzgada aunque haga simples garabatos, me haces sentir toda una artista.
Y no quiero ser superficial, pero wow, qué cambio en diseño. Más delgada, más ligera, más elegante. Me encanta verte evolucionar, aprender y ser mejor en todos los aspectos. Así que aquí estoy, dejando atrás lo viejo, lista para empezar algo nuevo contigo. Porque si algo aprendí es que no hay que conformarse con lo que “funciona más o menos” cuando puedes tener a alguien (o algo) que realmente lo da todo.
