Yo tenía 14 años cuando la vi por primera vez, ella apenas tenía dos meses de vida. Desde ese momento se volvió mi compañera y amiga ideal. La primera vez que la llevamos al veterinario, descubrí que era un perro muy valiente pues no se asustó ni lloró cuando le colocaron su primera vacuna. En la primera navidad juntos, viajamos a Mérida🇻🇪, tuvimos que hospedarnos en una posada poco confiable para que nos dejaran entrarlo y que no se quedara sola.
Cuando tenía 19 años se enfermo y no estaba activa como siempre. Poco a poco su salud se deterioró, le gustaba más dormir, se volvió lenta, aunque nunca despreció una caminata. Una noche mi mamá nos llamó porque estaba muy malita. Tres días después de esto, mi Shakira dejó su cuerpo y se convirtió en un ángel. Su partida dejó un espacio muy grande en mi familia, pero nos dejó el legado de su amor incondicional para todos.
