alomoto611
Beginner Level 4
Opciones
- Marcar como nuevo
- Favorito
- Suscribir
- Suscribirse a un feed RSS
- Resaltar
- Imprimir
- Informe de contenido inapropiado
el 06-23-2023 02:56 PM
#MembersPlayground
Hace mucho tiempo, en aquellos dulces recuerdos de mi infancia, vivía en un pequeño barrio en las islas Galápagos. Era un lugar tranquilo y apacible, pero siempre estaba seco y polvoriento. Los habitantes que vivían allí estaban acostumbrados al clima caluroso y seco, pero siempre anhelaban algo más. Un día, las nubes comenzaron a acumularse en el cielo, la gente miró hacia arriba y vieron que las nubes oscuras avanzaban, y supieron que la lluvia estaba por venir. Miraron atentos cómo las primeras gotas caían del cielo, lentamente al principio, luego más y más rápido hasta que la lluvia caía a montones.

La gente gritaba de la emoción, los niños corrían a sus casas para decirles a sus madres que la lluvia había llegado, la gente se reunía en el pequeño lote baldío que había al frente, giraban y daban vueltas, con el rostro hacia el cielo y sus brazos extendidos, reían y gritaban, haciendo que el sonido de su alegría resonara por las calles. A medida que la lluvia continuaba cayendo, la gente comenzó a sentir algo más; sentían gratitud por la lluvia que iba llenando sus cisternas, y regando sus plantas después de tanto tiempo en sequía.
Finalmente, la lluvia se detuvo, y la gente regresó a sus casas. Pero consigo llevaban el recuerdo, como yo, de aquel día lluvioso, y las emociones que había despertado en ellos. Sabían que nunca olvidarían la sensación de alegría y gratitud que esta lluvia les había traído, y que como con todo en esta vida, la lluvia también es efímera.
@felipealomoto
Vivo en Quito, Ecuador
0 Comentarios
