El trabajo y estudio remoto ha incrementado el tiempo que pasamos frente a pantallas, pues las juntas o clases que antes eran reuniones personales ahora son videollamadas que tomamos en computadoras, tabletas o smartphones. Para muestra de esto, la organización benéfica Fight for Sight realizó en una encuesta en la que el 38% de los participantes aseguraron que su vista tuvo una afectación, como dificultad para leer, migrañas y pobre visión nocturna, tras haber utilizado por más tiempo las pantallas de sus dispositivos electrónicos durante la cuarentena.
A su vez, este número coincide con información de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, que indica que un uso inadecuado o sin las medidas de protección recomendadas de estos dispositivos pueden influir en la aparición de fatiga visual. Además, mirar un dispositivo electrónico incrementa el trabajo de los ojos y en algunas personas este esfuerzo se puede reflejar lo que es conocido como síndrome visual informático (SVI), que se manifiesta con cansancio ocular, dolores de cabeza, visión borrosa, ojos secos y dolor de cuello y hombros.
