Nada más mexicano que el campo.
Nada más mexicano que el campo, a menudo olvidado, pero esencial para nuestra vida, ya que de ahí provienen los alimentos que sustentan nuestras ciudades. En la fotografía aparece mi abuela, una mujer que ha dedicado su vida al trabajo en el campo, aferrándose a sus raíces y negándose a dejar la tierra que tanto ama. A su lado, la acompaña su fiel amigo, El Güero, un perro que nunca se separa de ella, siguiéndola en cada uno de sus mandados. Aunque no sea la fotografía más perfecta, para mí, esta imagen es la mayor representación de México: la fortaleza, la tradición y el amor por la tierra que nos sostiene.
