La curva es uno de los avances tecnológicos más importantes de los últimos años en el campo de los monitores y las pantallas.
En primer lugar, los monitores curvos ofrecen una experiencia inmersiva mayor a los monitores planos. La forma envolvente de la pantalla nos da mayor sensación de realidad sobre el contenido que visualizamos. Esto se produce porque las pantallas curvas emulan en mayor medida el funcionamiento del campo de visión humano. A diferencia de las pantallas planas que únicamente representan 2 dimensiones, las pantallas curvas representan el contenido en 3 dimensiones del mismo modo que el ojo humano, y por tanto, esto nos da una visualización de la realidad mucho más intensa. Por este motivo, es habitual que se comparen las pantallas curvas a las pantallas 3D, ya que sin necesidad de contar con unas gafas se experimenta una experiencia ligeramente similar.
Este último aspecto resulta especialmente relevante para los gamers, ya que cuando se juega se busca disfrutar de una sensación lo más inmersiva posible. Por lo que si eres especialmente aficionado a juegos, un monitor curvo podría ser uno de los mayores “upgrades” que podrías llevar a cabo en la actualidad para mejorar tu experiencia de juego. Sin embargo, no todas las pantallas transmiten el mismo nivel de inmersión.
Otra de las ventajas de un monitor curvo respecto a un monitor tradicional es la representación más fiel de la imagen, con menor deformación. Esto es debido a que la envoltura de la curva hace que la distancia entre la pantalla y la vista se mantenga más constante en toda la superficie de la pantalla respecto a una pantalla convencional. En una pantalla plana, cuanto más te alejas del centro mayor es la distorsión. En algunos estudios se concluye que las pantallas curvas presentan hasta un 50% menos de distorsión de imagen respecto una pantalla plana. Este fenómeno de la distorsión se reproduce también en la representación de colores. Las pantallas curvas, en igualdad de condiciones, presentan una representación más fidedigna de colores, puesto que el ángulo de visión siempre es menor en sus distintos puntos respecto un monitor plano.
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