El cambio del Galaxy Watch Active al Galaxy Watch de 44mm ha sido una mejora notable. Una de las primeras cosas que noté fue la mejora en la duración de la batería. No es un salto enorme, pero sí suficiente para sentir la diferencia en el día a día, aguantando un poco más sin necesitar una recarga constante.
Otro aspecto que destaca es la pantalla. La resolución mejorada hace que todo se vea más nítido y los colores más vivos, lo que hace que usar el reloj sea mucho más agradable. Mantiene el diseño cómodo y ligero que me gustaba en el Active, pero con una sensación más premium.
En resumen, un upgrade que vale la pena, especialmente si valoras una mejor pantalla y algo más de batería.
